TEXTOS PUBLICADO EN EL IDEAL DE GRANADA
JOSÉ ANTONIO MUÑOZ
Viernes, 2 diciembre 2022
Sierra Nevada, cuya estación de esquí se abre en estos días, lleva cinco siglos formando parte de la imagen pictórica de Granada. Han sido muchos los autores que la han plasmado, pero casi nunca como protagonista de sus lienzos. En realidad, ha sido la artista invitada principal de las representaciones que de la ciudad se han realizado durante este tiempo. Es interesante, con todo, hacer una reflexión en torno a qué significa este macizo montañoso en el arte, y cómo se le representa.
Podemos enmarcar hace cinco siglos la primera presencia 'canónica' de la Sierra como parte de paisaje. La obra en la que aparece está atribuida a Petrus Christus II, hijo del pintor flamenco homónimo, y estaría fechada en los primeros años del 1500. Su nombre oficial, 'La Virgen con el Niño', pero también es conocida como 'La Virgen de Granada'. Si observamos la obra, la podemos adscribir a ese momento artístico en que las representaciones de las ciudades empiezan a ser frecuentes como fondos, sobre todo en la pintura flamenca. Lo importante sigue siendo la imagen que aparece en primer término; en este caso, Nuestra Señora con su hijo en brazos, siendo acompañada por dos ángeles que tocan uno el laúd y el otro la flauta dulce, dos instrumentos claves en la música de la época. El autor de esta obra no se molesta en ser fiel a la conformación del macizo, que presenta más bien como un accidente difuminado, quizá con el deseo de no contraponer un perfil abrupto a una escena, la de la Coronación de la Virgen, que rezuma tranquilidad y majestad.
'La Virgen de Granada', primera representación pictórica de la Sierra, atribuida a Petrus Christus II, en el entorno de 1500.
Una premisa, por cierto, que no sigue el también flamenco Joris Hoefnagel, quien en sus estampas de Granada fechadas en 1563 ya señala claramente el perfil de la cordillera penibética con su máxima cumbre, el Mulhacén, recortada en el fondo. Estas estampas, como recuerda el profesor de la UGR y especialista en Sierra Nevada Manuel Titos, están incluidas en la colección 'Civitates Orbis Terrarum' editada por J. Braun en Colonia entre 1563 y 1565; en ambas, las vistas de Granada están tomadas desde el oeste y desde el sur. «La Sierra, que aparece con su nombre específico de Nevada, corona un hermoso paisaje urbano, palaciego, boscoso y costumbrista, evocador de una época en la que son ya claramente visibles los signos de la nueva civilización granadina: la capilla mayor de la catedral y el palacio de Carlos V», afirma el profesor Titos.
Manuel Titos y el pintor Francisco Carreño, ante una de sus obras.
Algo más explícita es la presencia de Sierra Nevada en el lienzo de Pedro de Raxis pintado hacia 1610, 'Martirio del Obispo de Jaén don Gonzalo de Zúñiga', que forma parte de la colección municipal y se encuentra depositado actualmente en el Carmen de los Mártires, de cuyo convento llegó precisamente al Museo de Bellas Artes de Granada procedente de la desamortización, como afirma Titos.
Del siglo XVIII hasta hoy
En el siglo XVIII, autores como Navarrete, con su 'Suelo y cielo granadino', o documentos descriptivos de la demarcación eclesiástica granadina, siguen mostrando una representación más bien testimonial del macizo, siempre como fondo de mapas o grabados con más valor administrativo que artístico. En el siglo XIX, el profesor Titos distingue tres tipos de artistas en las representaciones de la Sierra: los científicos, los viajeros románticos y los montañeros. Botánicos como Charles Edmond Boissier o el científico austro-alemán Moritz Willkomm prestaron atención no solo al suelo, sino a las especies de flora, endemismos en muchos casos, que enriquecen el patrimonio natural del macizo.
'Sierra Nevada en invierno', de Joaquín Sorolla, es uno de los cuadros que han inspirado la trayectoria de quien, sin lugar a dudas, es el artista contemporáneo que más y mejor ha retratado a Sierra Nevada, Francisco Carreño. Aunque nacido en Almería en 1974, se afincó en Granada, donde estudió Bellas Artes, y aquí ha realizado varias exposiciones de gran éxito con sus imágenes de la Sierra. La más reciente de ellas, en la Galería Ceferino Navarro, la pasada primavera. Antes, expuso en el Centro Cultural Gran Capitán, en una muestra patrocinada por el Parque Nacional. Actualmente, en el Palacio de los Condes de Gabia, en el marco de la muestra 'Granada de fondo', donde puede verse una obra de cuatro metros por dos, a partir de los trabajos del Padre Ferrer.
Francisco Carreño pinta del natural la Sierra.
Sus referencias son, además de Sorolla, Friedrich y otros autores que han intentado «ir más allá en la descripción del macizo, interesándose por qué hay detrás de su condición de fondo ornamental». Ni sabe cuántos cuadros ha pintado sobre la Sierra, siempre del natural, y su tesis doctoral se llama 'Mirar Sierra Nevada. De la visión romántica a la visión contemporánea de la pintura del paisaje'. En su obra, Carreño juega con segmentos líquidos y empastados, para ofrecer la sensación material de superposición del paisaje que se da en la propia vida. Como él, serán muchos los artistas que en el futuro seguirán mirando hacia ese monte, testigo mudo del paso de los milenios.